domingo, 6 de diciembre de 2009

Bodas de plata, 25 años de casados (primera parte)




Adjunta a esta entrada va la tarjeta que mi hermano diseñó para el aniversario de boda de nuestros padres. En ella, además de los escudos de Elantxobe y La Palma del Condado, se ve nuestra un dibujo hecho de nuestra casa en el campo en Villarrasa. Al evento vino nuestra familia, abuelo, tíos y primos y Jon escribió unas letras dedicadas a su familia que reproduzco a continuación en dos partes:

Cuando hace unos días charlaba con mi madre en la cocina de casa se la notaba triste, derrotada, como si a cuatro días vista de su aniversario, hiciera balance de lo que habían sido estos últimos diez años y se diera cuenta de lo mucho perdido y lo poco hallado; hablamos de la inocencia que en otro tiempo creíamos poseer y que irremediablemente perdimos, hablamos de lo que significabamos para este mundo que no perdona la felicidad ajena, literalmente dijo: “Éramos una bofetada sin mano”, con esto venía a darme la razón en una idea en la que jamás la tuve. Yo de vez en cuando, como en un reproche, los acusaba de no habernos preparado para la vida, de vivir en una burbuja de cristal, de no haber conocido maldad alguna, de cambiar todo esto por una pesadilla… EL MUNDO.

Ahora quizás porque me hago mayor me doy cuenta de que todos estabamos en el mismo barco, que no sólo yo tenía problemas. Pensé siempre que su obligación era la de cuidarme y dármelo todo.

He escrito esto para hacerles ver que están equivocados si piensan haber fracasado, si miran alrededor verán que han hecho de la infancia de sus hijos la mejor que nadie hubiera podido imaginar, que mientras fuimos adolescentes lucharon con todas sus fuerzas por dárnoslo todo: amor, estudios, fe,…todo, acarreando sus propios problemas. Puedo atestiguar que lo han conseguido, si mi hermana Jhosebe, mi hermano Aitor y yo somos los que somos, personas creyentes, no necesariamente muy católicas, esencialmente buenos aún con nuestros muchos defectos, se lo debemos a ellos.

Doy gracias a Dios, cuando me acuerdo, por haberme dado a mis padres, ellos han conseguido que sea diferente, no dijo mejor, digo diferente, que como dice nuestra aldeana “alimenta el espíritu antes que la carne”.

Le pediría a mi madre que siguiera siendo la mujer de esperanza que siempre ha sido; de todos modos me conformaría con que fueras una cuarta parte de ti.

“Pero la esperanza dice DIOS, esto sí que me extraña, me extraña hasta a mi mismo. Esto si que es verdaderamente extraño, que estos pobres hijos vean como marchan hoy las cosas y que crean que mañana irá mejor”.

Continuará…


© Jon Castizo Ciluaga

P.D. Ongi Etori significa bienvenido

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